La Provincia destinó $7 millones para reparar los daños causados en los túneles de las calles Córdoba y Mendoza, por los constantes ataques vandálicos que hay contra la infraestructura electromecánica. Las bombas, el tablero de control y el grupo electrógeno son los blancos reiterados de una obra que continúa en manos del Gobierno por distintos cruces con la Municipalidad de San Miguel de Tucumán.
Mediante el Decreto N° 3.924/3, del 18 de noviembre, el gobernador interino Osvaldo Jaldo autorizó un incremento presupuestario por $6.900.000, que fue solicitado por la Secretaría de Estado de Obras Públicas, a cargo de Cristina Boscarino. El instrumento fue rubricado también por el ministro de Economía y Hacienda, Eduardo Garvich, y publicado en el Boletín Oficial del pasado miércoles.
Este diario solicitó a Boscarino precisiones respecto a los destinos de los fondos, pero no obtuvo respuestas. Fuentes consultadas del Ministerio de Obras Públicas de la Provincia, sin embargo, aseguraron que los dineros fueron solicitados para reponer los elementos dañados. “Estamos gastando mucho dinero por el tema de la vandalización que estamos sufriendo”, explicaron en la cartera que encabeza el ministro Fabián Soria.
Las fuentes consultadas, que conocen de la infraestructura de los túneles inaugurados en 2016 y en 2017, explicaron que los cruces bajo nivel cuentan con cuatro bombas cada uno que extraen y sacan el líquido de las napas freáticas cercanas a la superficie. Cuentan también con un tablero inteligente que controlan todo y un grupo electrógeno que se activa ante una falla eléctrica. Todos estos elementos son blanco de los ataques vandálicos, cada semana, especialmente de jueves a domingo.
Uno de los últimos grandes ataques vandálicos en los túneles ocurrió en octubre, lo que obligó a las autoridades a interrumpir el tránsito por Mendoza. Según el reporte que envió entonces el Ministerio de Obras Públicas, se registraron robos en el tablero eléctrico del paso bajo nivel, lo que afectó el sistema de extracción de agua. En consecuencia, se interrumpió de manera preventiva el acceso a los vehículos.
“La última inundación fue porque rompieron el tablero principal y se quemaron dos bombas. Las bombas tardan entre tres y cuatro horas en sacar el agua. Si no tuviéramos ese gasto, en vez de comprar nuevas bombas para el túnel compraríamos otras para el interior. Con el valor de una bomba del túnel podemos comprar al menos cuatro para otras localidades del interior”, lamentaron en el Ministerio de Obras Públicas. Indicaron también que el grupo electrógeno sufrió daños en cinco oportunidades y que también hay vandalismo en los puentes peatonales.
Las fuentes consultadas aseguraron que los postes de iluminación de accesos a los túneles y los cruces peatonales se encuentran actualmente sin luz porque también se roban los cables, para vender el cobre. “Es muy complejo el daño que hacen. Ese daño no lo hacen a la Provincia o al Municipio, lo hacen en bienes de todos”, añadieron.
Desde que fueron entregados para circulación vehicular, en 2016 el de calle Córdoba y en 2017 el de Mendoza, cada tanto surgen problemas bajo las vías del ferrocarril, entre Marco Avellaneda y Suipacha.
Por filtraciones y fallas en la calzada, se aplaza el traspaso de los túnelesLa obra, realizada con el compromiso de la Nación (a cargo de los predios ferroviarios), de la Provincia (que hizo la construcción) y de la Municipalidad (que se ocupa de regular el tránsito y de administrar los paseos públicos) se encuentra en una zona gris. La Provincia no entregó la obra al Municipio, dado que la Ciudad reclama que todo funcione a la perfección para recibirla. Todo esto provocó reiterados cruces políticos entre ambas administraciones.